Poético recuerdo de Beatriz...

Recordando a Maria Helena....

"En el río se ven mil espejos, /son amores del agua y el sol. /Santa Fe se adomorra en la siesta, /abrumada de luz y color..."
Si que abruma la siesta. El calor pega fuerte en la galeria y allá en el fondo del patio, se mece altanero el maicillo guacho que se salvó de la podadora. Por momentos se inclina hasta tocar el suelo, sosteniendo el cuerpecillo del gorrioncito que busca quitarle hasta la última de sus semillas.
Y desde el interior de la casa me sigue llegando la voz de Maria Helena:
"...como el ave se alegra en sus trinos, /en tu nombre se alegra mi voz... /¡sos terito que llenas el alma, /de inspiradas canciones de amor!"
Y cada canción tiene su transporte a la nostalgia, por eso me gusta escucharla cuando quiero aparcar el alma y aquietar la palabra. Cuando quiero que el pensamiento la retorne en melodias y el bordoneo de guitarras y retozos de acordeonas tambien lo hagan en tiempo y espacio...
"cantando he pasado mi vida, /¡que lindo es vivir y soñar! /pensando en momentos queridos, /que el tiempo no logra borrar..."
Y su voz sigue llenando la casa, y escapa al patio por la ventana abierta... y si elevo los ojos un poco más allá del limonero,un dúo de calandrias van y vienen en busca del agua que a propósito suelo dejar por ahí , como al descuido. Lo mismo los horneros,que ignoran absolutamente las carreras que les pega Pulguitas, defendiendo su territorio.
-Los horneritos son animalitos de Dios, Pulguitas, no debes correrlos!...
"La la la, la la la...el hornero y su yuntita te dirán..
La la la, la la la...que tu río poco a poco crecerá....
la la la, la la la... el caraú y la bandurria ya se van,
pero tú no temes la creciente, porque la ranchada es fuerte
y te aguanta el temporal."
No he vuelto a encontrar una voz como la de ella. Se que no puede haber dos voces similares, pero al menos, pienso, una voz diferente, que se destaque. Hay voces potentes, con colores , con matices, hay voces pequeñas con sabores, con dulzura y llegan, si, llegan, te detienes y las escuchas...
Pero ella era diferente, muy diferente. Ella tenia ANGEL. Ella enamoraba....
"yo sé que le pongo cenizas al sueño, /y rompo la luna que aceptó tu pelo. /Adios no te digo, me calló el pañuelo, /descanso el camino que el camino es bueno. /¡que muerte morirse, con pañuelos grises, /con el alma lejos, con un pueblo triste."
Roni Vargas, desde su nóstalgico "club del Recuerdo" en su programa vespertino de una radio cordobesa, dijo " una calandria que voló rápido, nos dejó demasiado pronto"... y el Pescador y Guitarrero brotaba de su garganta como de ninguna otra... Luis Beresovsky en las madrugadas de los desvelados, nos sorprendía con una conversación telefónica con un guitarrista radicado en California... "y vos estuviste con Maria Helena, no?."-Sí, sí- "y te acordas lo que hacias con ella, por ejemplo, La Canción del Adios, es tu guitarra?" -no, no, lo mío fue anterior, ahi, si mal no recuerdo era la orquesta de Oscar Cardozo Ocampo- ..."por el caminito largo que al río va....
por él se fue el amor , la felicidad".

En mi interior, comienzo a parafrasear a Don Osvaldo Sosa Cordero: La gracia de la voz estaba en ella, como estaba la gracia de la estrella./ Habia un manantial de claros sones, en su clara mañana de canciones./ Y la dulce frescura de la brisa, dulcificaba siempre su sonrisa, bajo la blonda lluvia tempranera, de su blonda y sedosa cabellera. Entonces, es como si mi alma se quedase conforme, suavizara la pena al recordarla, porque hay tantísimas cosas que la traen constantemente a la cotidianidad de nuestras vidas. Hasta en las avecillas que mi perrito se empeña en no dejar que se posen en el patio, en las calandrias que le hacen burla desde el limonero, y la tijereta que todas las tardes, corta el aire desde la rama seca del nogal vecino. "...porque allá su voz sigue viguente, por eso no estará jamas ausente/ han de seguir oyéndose triunfales, los sones de sus cantos litorales.
Luminosa de amor, dulce en la brisa, nos volverá por siempre su sonrisa./ Por eso este Requien que nos llena, ¡Dios te guarde en su gloria Maria Helena!

Beatriz Elvira Galván